Blanche Bradburry es una de las estrellas más rentables del entretenimiento para adultos por la embriagadora combinación de factores que acoge su cuerpo. La checa ha mutado con el paso de los años en un animal pornográfico presta a los anales más alucinantes, transformando cada parte de su anatomía —decisiones estéticas de gusto cuestionable aparte— en una bomba sexual de efectos devastadores. Una adicción rectal que adquirió en la compañía del legendario director John Stagliano y de la cual todavía no se ha curado. Hace pocos días la curtida starlet del Este tuvo el privilegio de exhibir laxitud de esfínter en Bangbros junto al dotado actor afro Freddy Gong. El resultado es el de siempre, que la potente rubia platino sigue a rajatabla los mandamientos anales con pollas de todas formas y colores.
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