La jubilación prematura de la curvilínea Lennox Luxe (22 años) fue posiblemente una de las más dolorosas de la historia pornográfica moderna. No solo porque hizo trizas la profecía de ser la heredera espiritual de Siri, sino también por asestar un golpe mortal a toda la comunidad de pornoliers que estaban perdidamente enamorados de su contundente presencia física y poderosos reclamos sexuales (unas tetas de vaca lechera hipnóticas). Solamente estuvo en activo durante un año, pero su presencia era tan impresionante que incluso el rey Midas del porno, Greg Lansky, no pudo resistirse a sus encantos femeninos y terminó sucumbiendo a su cuerpazo totalmente natural.
Su rostro de chica cándida forjó uno de los especímenes de pelirrojas más atractivos de los últimos tiempos. Así que no es descabellado advertir a los lectores que su peligrosa combinación entre cuerpo y rostro puede desencadenar un ataque cardíaco inminente. Sus carnes trémulas rozando la categoría BBW, pechos colgantes y tren inferior de infarto dan buena fe de ello.