Cristina Pardo, la periodista que colabora con el matinal «Al Rojo Vivo» de Ferreras y presentadora del programa «Más Vale Tarde» de La Sexta, es un rostro conocido entre el público español asiduo al debate político más encarnizado. Es por eso que, como animal televisivo cargado de demagogia periodística, la pamplonesa de 43 años es amada y odiada a partes iguales, tanto por la derecha como por la izquierda de este país llamado España. Una tirria y afecto, según la cuerda ideológica, que por primera vez en la historia de la televisión se ponen de acuerdo para hacer realidad las fantasías sexuales más inconfesables, tanto de sus seguidores como de sus detractores más polarizados.
Es aquí donde entra la pornostar Celia French (28 años), una actriz francesa que no ha salido de territorio nacional franco y exhibe sexualmente un cuerpo curvilíneo con alegres tetas naturales por emplazamientos como La France à Poil o La Cochonne, estudios pornográficos semiprofesionales que destacan el talento autóctono gabacho.
Lo curioso de Celia, aparte de ser poseedora de un demoledor culo típico de las mujeres latinas de amplias caderas, es que su semblanza facial con Cristina Pardo —especialmente su pelo corto con el flequillo rubio ladeado— va más allá de lo anecdótico y se adentra en terreno pantanoso cuando el público se cuestiona realmente si la polémica periodista ha coqueteado con la pornografía.
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