No sabemos hasta que punto es provechoso para una pornostar ponerse un apellido legendario como el de la actriz francesa Brigitte Bardot. Lo que si sabemos es que a la pornostar checa Brittany Bardot parece funcionarle el haber adoptado el patronímico a la musa protagonista de «Y Dios creó a la Mujer» (1957). Ésta ex peluquera de profesión—junto a cajera de Mercadona son de los oficios que más cantera de pornostar tienen— está dando vueltas en el cine de adultos europeo desde 2014 y haciendo todo tipo de locuras en los establos de Legal Porno: fistings, dobles penetraciones vaginales y anales, gangbangs y un total control sobre el gag reflex que le permite tragarse muchas dosis de amor líquido (e incluso de color amarillo, ya me entendéis).
Una rubia del Este en cuyo rostro desgastado lleva cada marca de sesión sexual por la que ha pasado. De ahí que haya cincelado un cuerpo fuerte y vigoroso criado para manejar los golpes de polla más feroces y salvajes de la industria. Y eso sin contar con el descaro y total entrega del que hace gala, que parece perseguir con una fe a prueba de bombas la destrucción total de sus agujeros.
Curtida en mil batallas rectales (no en vano fue nominada a los AVN Awards 2019 por su participación en la película «Anal Acrobats #10») y con el suficiente estómago para soportar una escena junto a compañía femenina de la talla de Barbie Sins, Elen Million o Proxy Paige, que no son precisamente unas damiselas recatadas.