Recientemente, y por motivos de la pandemia por coronavirus, se ha desempolvado del baúl de los recuerdos pornográficos uno de los encuentros más intensos, sucios y chorreantes de Bonnie Rotten. Se trata del showcase «B for Bonnie» (2014), película que filmó para Evil Angel a las órdenes del legendario director Jonni Darkko y en la cual esta bestia sexual incontenible demostró porque había ganado el premio a la mejor performer de los AVN Awards 2014. Posiblemente la mejor secuencia rodada de esta superestrella asidua al altporn por la química que demuestra con John Strong, Mick Blue y Jordan Ash. Un brutal encuentro sexual de tinta, semen y squirt a presión en el que la de Cincinnati parecía una Fontana di Trevi por la cantidad de fluidos vaginales que era capaz de emanar.
Si su exceso estéticos, y cuerpo rematado con litros de tinta de colores, asustan a los pornólogos menos versados, su elenco de prácticas sexuales realizadas en esta cinta debe provocarles puro espanto. De hecho, la cinta supuso el pináculo de su carrera con un recital de guarradas a cada cual mayor: swallows, garganta profunda y dobles penetraciones anales y vaginales bañadas por las calientes humedades de sus squirtings.
A partir de aquí, la figura más influyente del mundo del tatuaje porno puso el listón tan arriba con su modo de vida extremo que ninguna otra pornostar le ha conseguido hacer sombra. De esta forma, demostró con creces que iba a ser difícil que algún estudio le propusiera retos imposibles, pues sus agujeros a prueba de bombas estaban diseñados para resistir toda clase de barbaridades que a su agresiva dueña se le pasara por la cabeza.