No es la primera vez que la productora Blacked Raw contrata a una pornostar pelirroja para potenciar, todavía más, el contraste cromático entre la piel blanquecina de las actrices con la negrura de los actores afroamericanos. En esta ocasión, la invitada para poner una pizca de azúcar a su conocido estilo artístico ha sido la enérgica Nikole Nash, aquella rojiza de ojos hipnóticos que ya tenía una amplia experiencia orgásmica con acompañantes negros y que se ha especializado en orbitar encuentros interraciales de gran calado. Una de las pocas advenedizas que se atreven a enfrentarse al afroamericano Brickzilla, el adonis de piel oscura que tiene un apéndice del que cualquier hombre estaría orgulloso. El resultado es una sesión de sexo salvaje de 35 minutos que hace sudar a la starlette por cada poro de su ser. Una cosa está clara, si Nikole sigue por este camino, se creará un nombre muy rápido en la industria de adultos.
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