Hace pocas semanas el sello Jules Jordan lanzó al mercado el showcase Nº 9 de su serie más aclamada, «Dredd», la saga que lleva por nombre al actor afroamericano, o mejor dicho, a su rabo aniquilador. 30 centímetros de carne en barra negra que en esta ocasión ha alimentado el coño hambriento de Kenzie Madison y Katie Kush (ahora los sacrificios van de dos en dos). La película es en si misma una mirada distinta dentro del género interracial en la que el protagonista absoluto nunca es la pornostar invitada, sino el pollón de este hombre-caballo. Ni siquiera las prestaciones del imponente culo de Kenzie, que es un una simbiosis entre Alexis Texas y la flexibilidad de Mia Malkova, logra hacer sombra al superpene de este acto coital que por poco se convierte en prospeción petrolífera.