En el inicio de su carrera, la rusa Sasha Rose (también llamada Clarise, Katja, Lynn, Marcel) exhibió una serie de cualidades rectales que la posicionaron en el pedestal de jóvenes promesas del Este con facilidad para el sexo anal. La petersburguesa (natural de San Petersburgo) fue medalla de oro en fluidas penetraciones en una época en la que rodaba a un ritmo trepidante, imposible de seguir incluso para cualquier pornostar de agujeros laxos. Pero a todo cerdo le llega su San Martín y las consecuencias del botox mal puesto (con la consecuente cara de pato «Duck Face») le pasó factura rompiendo de facto con su insoportable atractivo y provocando que la comunidad pornófila perdiera el interés en su cambiante rostro.
Es ahora, en 2020, cuando la starlette vuelve a retomar la racha en los estudios de Lansky (Vixen y Tushy Raw) habiendo grabado ya 3 escenas anales en las que demuestra que no ha olvidado sus quehaceres pasados.
Loading…