En nuestra base de datos no figura ninguna pornostar holandesa, aunque tenemos constancia de starlets del país de los tulipanes tan incompatibles entre si como la dulce Esperanza del Horno y la bestia entintada Calisi Ink. Hoy os vamos a presentar una propuesta entre estos dos mundos que por desgracia, desde el año 2017, no sigue en activo en la industria. Se hacía llamar Chelsey Lanette y el grueso de su filmografía, todo lo que dan 5 años, lo grabó con Private y DDF Networks (su escena de masaje de pies es una delicia para los fetichistas).
No fue precisamente guapa, aunque tenía facciones de viciosa, pero lo realmente interesante en su propuesta corporal era que parecía una ninfómana de gimnasio con esos implantes plásticos inamovibles que se puso en la mitad de su carrera. Por lo visto aprendió la lección de que el público no perdona la falta de curvas y remedió ese este rápidamente.