Biografía de Asa Akira
La insaciable Asa Akira se convirtió en la pornostar asiática más famosa del porno por ser una bestia de sed sexual insaciable que follaba con más energía que todas sus compañeras de trabajo juntas. Cariñosa y depredadora al mismo tiempo.
La pornostar Asa Akira se convirtió en la más famosa actriz de rasgos orientales del panorama pornero por ser una fiel representante de la chica americana de raza asiática que decide hacer de la pornografía su modo de vida. Una neoyorquina con ancestros japoneses que nació en el lejano oriente, Japón, viviendo durante 6 años empapada de su cultura y costumbres hasta que se vino a vivir con sus padres a Estados Unidos, y aunque pasó poco tiempo en su país natal su forma de ser ya era la de una auténtica geisha.
Su entrada por la puerta grande fue rápida y directa. Ya no solo porque tenía muy claro desde sus años mozos en querer convertirse en una estrella de adultos, sino porque su madrina fue la mismísima Gina Lynn, mítica pornostar que la ayudó con su primer rodaje pornográfico.
Mientras que las starlettes occidentales podían mostrarse algo frías delante de las cámaras, Asa se destapó como una devoradora insaciable tan caliente que era capaz de derretir los focos del plató. Una mujer que, por cultura, no se cohibía en desatar un huracán de prácticas sucias a la par que mostrar el afecto y cariño de una concubina oriental. Su ascenso estuvo aupado sin duda por ese glamour exótico que aprovechaba para contorsionarse en acrobacias inconcebibles y dilatar el agujero de su puerta trasera.
No destacó por su voluptuosidad, sino por sus proporciones, su simetría y estética perfecta. Un magnífico físico diseñado al milímetro para provocar potentes erecciones que incluso sucumbió a un lifting facial para borrar sus facciones japonesas (por suerte no lo consiguió).
Fue en el género gonzo, que no deja apenas espacio para sutilezas, el medio en el que Asa Akira se movió como pez en el agua. Un contexto que le valió para exhibir su volcánica sexualidad, capaz de todo, y a cambio de la pasta que le pagaban los estudios ella daba una demostración de sexo desaforado capaz de cortar la respiración.
No hay mayor ejemplo para demostrar su competencia en la industria de adultos que aludir a aquella brutal trilogía llamada “Asa Akira is Insatiable” que filmó en el estudio Elegant Angel para para confirmar que, entre 2011 y 2013, nadie en el porno americano se había dejado tanto la piel (suave y aterciopelada) como ella. No solo se atrevía a ir al fondo del asunto, sino que estaba dispuesta a ganar la húmeda carrera por el trono de hierro y de esto saben un rato Erik Everhard y Toni Ribas, que fueron los que la penetraron desde todos los flancos.
Y es que Asa Akira estaba hecha de otra pasta, una pasta que en poco tiempo ya había inmortalizado su primera escena anal, su primera doble penetración, un montón de gangbangs, y se consolidaba como una reina asiática a la que ninguna starlette occidental le hacía sombra. Por todo esto es normal que Akira haya recibido nada menos que 12 premios AVN de escenas de sexo anal. Casi nada. Y es que, como ella dice, no hay que tenerle miedo a probar cosas nuevas en el sexo, pues las penetraciones anales solo duelen las primeras semanas, luego te acostumbras, según comenta.
El punto de inflexión en la carrera de Asa Akira
No sé si por el hecho de haberse enamorado hasta las trancas del actor español Toni Ribas (hasta el punto de casarse con él y convertirse en una de las parejas más glamorosas del porno Made In USA) tuvo que ver que desde el año 2014 cambiara radicalmente su forma de hacer porno. Se alejó del sexo gonzo para comenzar a grabar sexo filmado más sofisticado, ya sabéis, con guión y escenas sexuales más comedidas. Si antes esta actriz de ojos rasgados follaba con todo con todo el carisma y empuje intactos (opulentamente y sin límites éticos), después bajó de revoluciones y ya no se implicaba en guarrear entrepiernas ni abrirse sus orificios como si fuese un pistacho humano.
Este fue el declive de la gran Asa Akira, el motivo por el que pasó de ser la “number one” en PornHub a estar fuera del TOP 10. Fue fagocitada por otras bestias del sexo como las famosas Riley Reid o Adriana Chechik, novatas que follaban delante de las cámaras como alimañas, y no precisamente por dinero, sino porque lo llevaban en la sangre. Además, la devoradora oriental entró en la peligrosa franja de los 30 años, una edad muy difícil en esta profesión porque la mayoría de pornostars entran en esa temida zona 0 en que no se se es una MILF ni tampoco una jovencita.
Tenemos que mencionar que, por suerte, a la vez que se fue apagando como estrella del cine de adultos, Asa descubrió su otra gran vocación: ser embajadora de la marca PornHub y maestra de ceremonias de premios pornográficos como los AVN o el reality “The Sex Factor”.
En 2014, Asa Akira publicó su primer libro que narraba sus idas y venidas del mundo del porno: «Insatiable. Porn: A Love Story» la visión de una actriz porno que se había metido en la industria hasta el tuétano. Un libro que cuenta sin tapujos los entresijos del negocio, con con lenguaje explícito y clarificador, donde explicaba con todo lujo de detalles cómo se prepara una actriz para una escena anal con lo del ayuno (el enema y tal), cómo se rueda un gangbang con cinco negros que parecen un cuadro de Picasso, follar fuera del plató con actores con los que trabajas habitualmente y cómo es la vida de una estrella del porno al margen del porno.