Solo una starlet del nivel de Nikita Von James podría haber sido capaz de grabar esta escena interracial con un marido cornudo de por medio. Su componente sexual es apabullante y todo el peso recae en su morbosa presencia. Es el típico bombón de mujer rubia y exuberante que se ha casado con un gordaco que no le satisface sexualmente, pero si económicamente. En cuanto ve al primer negro que le excita sexualmente se lanza a por él y se lo folla. El intríngulis de la cuestión es que lo hace delante del tontainas de su esposo que mira atónito como lame el cipote negro mientras le crecen los cuernos. Ni siquiera le ha consultado para hacer un intercambio de parejas. Y para colmo le obliga a mirar cómo se folla al negro mientras le insulta y le dice lo pequeña que la tiene. Humillado a más no poder por su mujer infiel.
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