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Homenaje a Rita Faltoyano, la diosa de Budapest

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Rita Faltoyano, aparte de haber sido la mejor pornostar húngara de todos los tiempos (no es mi opinión personal), es una de las starlets del Este más fácilmente reconocibles por dos factores: sus famosos lunares en sus tetas y esos profundos ojos azules que se perdían en el infinito. Si alguien se pregunta de dónde ha salido tanta perfección es fácil de explicar, Rita es el ejemplo más claro de lo que sucede cuando se juntan la belleza y la genética privilegiada (su madre fue Miss Hungría en 1974) y la fuerza y el talento al servicio del deporte (su padre fue campeón olímpico de waterpolo).

Heredó un cuerpo espectacular con medidas 91-61-91, así como ojos y cabellera pluscuamperfectas. Los lunares (algunos tiquismiquis dicen que son verrugas) solo fueron un elemento que la hicieron más única. De ahí que supiera sacarle provecho a su talento llegando a ser Miss Budapest 25 años después de que lo fuera su madre, de tal palo tal astilla. Ante semejante currículum solo podemos decir que esta nacida en Hungría como mujer es lo máximo: cara preciosa, cuerpo atlético, carnal, pechos naturales, curvilínea y dicen los allegados a ella que es una mujer de lo más natural y sencilla en las distancias cortas.

Su historia está llena de anécdotas interesantes siendo el colofón a su meteórica carrera un premio AVN a la mejor pornostar extranjera, el de 2003. Pero si comenzamos por el principio debemos citar que era tan guapa que destacaba entre las chicas de países del Este, que se dice pronto entre tanta diosa caucásica de Europa. Por eso para ella posar para la revista Playboy fue facilísimo, tan fácil que decidió saltar al porno porque el mundo del erotismo se le quedaba pequeño al encorsetar su hermosura.

Con semejate despliegue de medios corporales (además del carisma inigualable y simpatía que destilaba en sus escenas, de ahí la legión de fans que arrastra) las productoras de la época se la rifaban como la gallina de los huevos de oro, siendo el peludo actor de castings Pierra Woodman quien se llevó el gato al agua para su productora Private. Pero ni siquiera el galo siendo su descubridor pudo retenerla en un único estudio y llegó a grabar más de 300 escenas a lo largo de su carrera con las mejores compañías de adultos.

Su facilidad pornográfica también da para escribir varios volúmenes. Rita poseía una facilidad pasmosa para las penetraciones. Tanta que su primera película en la industria de adultos en el año 2000, «No Sun No Fun», ya se dejó hacer una doble penetración sin casi pestañear. Poco después ya era una consagrada estrella en toda Europa versada en anales imposibles siendo la estrella en sagas míticas como la de «Assman», «Up Your Ass», «Matador», «Euro Angels Hardball», «Fausto», «Gladiator X» y sin olvidarnos sus especiales colaboraciones con Private, estudio con el que siguió trabajando hasta el final de su carrera.

Pronto sus verrugas en las tetas llamaron poderosamente la atención en América y ni siquiera el showcase del estudio sueco Private «Private life of Rita Faltoyano» (legendaria cinta para todo pornófilo y un tributo a su figura) pudo retenerla en el viejo continente. Rita quería crecer como pornostar y Europa ya se le había quedado pequeña. Fue en 2004 cuando se fue a vivir a Estados Unidos y la época cuando la fichó Evil Angel, años durante los cuales grabó su porno más salvaje, extenuante y sobre todo gonzo. Además sucede lo peor para sus seguidores; conoce a su marido el también actor Tommy Gunn.

Durante esta frenética etapa Rita Faltoyano tuvo que adaptarse al ritmo pornográfico del continente americano y ceder a las duras exigencias sexuales que demandaba un público cada vez más ávido de sexo fuerte. Lejos quedaban aquellas escenas lujosas y refinadas estancias en las que la húngara follaba como una diosa griega rodeada de lujos y cuidados, ahora el gonzo mandaba y su filmografía comenzó a plagarse de títulos como «Gag on This» y «I Love Rita». Eso sí, sin perder un ápice de su compostura.

El retiro pornográfico de Rita Faltoyano

No tardó mucho en cansarse de este demencial estilo de vida controlado por un sexo cada vez más extremo y pronto se retiró del porno sin llamar apenas la atención, dejando todo bien atado con algunas escenas dignas para una despedida con honores. En total fueron 7 años en los que Rita se dedicó en cuerpo y alma a grabar sexo con una implicación altísima y un nivel más elevado que otras de sus compañeras que la igualaban en atractivo.

¡Ah! se me olvidaba. Por fortuna se separó de su marido después de colgar los hábitos, parece que la llama del amor se apagó cuando dejó de follar con otros hombres (¿posible cuckold?). Además regresó a su país natal, Hungría, y dicen las malas lenguas que se decida a la profesión más antigua del mundo en las principales capitales europeas. Eso sí, cobrando un pastizal puesto que no es una escort de lujo cualquiera, es la diosa húngara Rita Faltoyano cuya trayectoria ha estado plagada de premios, éxitos y triunfos internacionales.