La pasión desenfrenada y sin barreras que desprende Lisey Sweet en el coito grabado es la culpable de que la productora europea Pascal SubSluts haya contado con su presencia para convertirla en el regalo de cumpleaños del 61º anivesario de Sean Michaels. El extremo estudio BDSM —presentan a las señoritas como trofeos femeninos cogidos por los pelos— ha querido así convertir a una de las pornostars con menos remordimientos corporales de la historia (nominada para los AVN Awards 2020 como integrante de la mejor escena de sexo anal, broche de oro a toda su carrera repleta de dilataciones esfinterianas) en la esclava sexual del padre del porno negro por antonomasia, el actor afroamericano con más recorrido, trayectoria y experiencia en el entretenimiento para adultos.