En el negocio del porno la cara de una starlet casi nunca es el espejo del alma. Solo hay que echar un vistazo a la sílfide ucraniana Jessika Night, que a pesar de su aspecto angelical —parece que no haya roto un plato en su vida— le han abierto el trasero en infinidad de veces en Legal Porno y se ha rebajado a rodar porno con vejestorios tanto en Oldje como Girls Rimming. Es gracias a esta sexualidad polivalente sin remilgos (amén de que todo lo que exhibe es natural, sin conservantes ni aditivos) por las que se ajusta a la perfección a las obras refinadas del señor Lansky, en concreto Tushy donde ha debutado por primera vez con un anal a la altura de la profesional sin fisuras que es.
in Sodomía
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