Mellanie Monroe protagoniza una escena cargada de morbo y perversión. Está en una sala para practicar sexo oral, pero no va a chupar pollas conocidas, sino que serán de personas anónimas al otro lado de la pared. Se trata de un glory hole o agujeros en la pared por donde se meten las pollas y la chica en cuestión hace felaciones. Tiene la suerte de probar pollas grandes y negras con lo que los agujeros deben de ser bastante grandes para que quepan enteras. Tiene una televisión con una película porno por si se aburre, pero está tan distraída follándose al negro del otro lado que yo creo que ni se ha enterado. Hasta el negro saca un brazo para agarrarle del culo mientras se la mete en su coño maduro.
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