Ya es una constante habitual y muy bien recibida por la comunidad pornófila que en el emporio Hard X graben los primeros blowbangs de las pornostars. Una tradición que arrancó en 2014 con la gran Keisha Grey cubierta de néctar escrotal y por la que 5 años después han pasado multitud de damiselas. La última en prestar su precioso rostro para una buena ración de Actimel ha sido Kyler Quinn, un acto de entrega sexual que dispara su popularidad y la posicionan actualmente como una de las novatas top en el panorama pornográfico. Recordemos que la mejor baza de la starlet es ese puntito perturbador que nos produce su aspecto tan adolescente y esa forma de mirar inquietante en la que de repente te suelta una sonrisa mientras recibe un ramillete de pollas sobre su cara.
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