Hace más de un año Britney Amber se especializaba en afrogangbangs multirraciales dando paso a una nueva faceta en su carrera profesional. La pornostar de radiante sonrisa ensanchaba su caché de la misma forma que sus orificios con notable éxito a la vez que se aficionaba al sexo grupal más frenético. Parecía que a sus 32 años su progresión no podía subir más y se estancaría en ese perfil de categoría, pero hace tan solo unas semanas sorprendió a incrédulos presentándose a una escena de la brutal Bound Gangbang. Una maniobra arriesgada por parte de esta mercenaria del orgasmo (por la violencia que suelen imprimir en sus secuencias) que supone para la starlet sus primer encuentro con un BDSM suave y comercial, pues aunque empleen sogas y ciertos elementos sadomasos el resultado es bastante light en términos extremos.
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