Desde hace relativamente poco tiempo ha aparecido una nueva productora en el mundo del porno que está llamando poderosamente la atención. Se llama Blacked y su fundador es un pornógrafo francés llamado Greg Lansky especializado en rodar solamente escenas interraciales de alta factura técnica. Pero lo más importante es que las actrices porno elegidas para follar con los actores afroamericanos (también llamados amistosamente mandingos) deben tener unos requisitos físicos determinados: starlets pequeñas, delgadas, de piel clara y de cabello preferiblemente rubio o pelirrojo. La razón es sencilla, así se acentúan las pollas de 25 centímetros de los actores afro.
El contraste resultante es muy vistoso y eso en el porno vende y mucho. Además la actitud pasiva y de inexperiencia que destilan las actrices es un arma que se usa mucho para potenciar el rol sumiso. Lo que se llama técnicas psicológicas subjetivas aplicadas al marketing del porno de Blacked.
Loading…