La «lactafilia» es una parafilia sexual que consiste en sentir excitación al ver a una mujer sacar leche de sus pechos; embarazada o no. Es decir, ponerte cachondo con la lactancia materna, ya sea amamantando a su bebé o a un adulto pervertido que quiera beberla. Una desviación sexual en toda regla que solo existe en los lo más profundo de la «Deep Web», el lugar destinado a los fetichismos más extravagantes que son incluidos en el subgénero del porno bizarro.
Es relativamente habitual en Japón, el país con más enfermos sexuales por centímetro cuadrado del mundo (de ahí nace la perversión del «Chikan«), pero estos últimos años ha seducido a Occidente por culpa de estudios como Hucows, que no duda en ordeñar a mujeres con sacaleches.
La web se ha especializado en la susodicha filia de la lactancia erótica y, aunque apenas haya hombres mamando como un becerro los pezones de las mujeres, si que se ven secuencias perturbadoras para cualquier pornófilo no versado en este fetichismo de la leche.
Sin ir más lejos, en los pocos vídeos que hemos visto hemos encontrado a mujeres que son ordeñadas como vacas por extractores mientras andan por cintas caminadoras. Una conocida práctica que recibe el nombre de «Human Animal Roleplay» en el que un puñado de pornostars especializadas en esta práctica bizarro-láctica se comportan como vacas lecheras.
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