Risueña, pizpireta, dulce, sensual… la perfección de la mujer encarnada en una preciosa estrella del porno llamada Eva Lovia. Parece mentira como hace tan solo un par de años su cuerpo era coto vedado para hombres, pues solo se entregaba a escenas lésbicas. Al menos hasta que le pusieron un suculento cheque sobre la mesa para pasarse al lado heterosexual. Desconocemos la cifra que le ofreció la productora Digital Playground, pero a juzgar por los buenos resultados debió de ser estratosférica. Ver a la señorita Lovia convertida en una servil azafata de vuelo que se pasa por la piedra a un pasajero del avión (Erik Everhard) fue una experiencia mística para sus millones de seguidores. Sin duda, un servicio exclusivo de primera clase.
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