La pornostar Bella Rossi ha sido desde 2008 una viciosa consuetudinaria del agresivo porno que ruedan en la mazmorra de Kink (una de las productoras más extremas de Norteamérica). Y es que su sexualidad está encaminada por los derroteros del dolor y la humillación, como si le gustara experimentar bajo el estilo sadomasoquista frente a la cámara. Sin tapujos. Hace pocos días su presencia fue reclamada en Public Disgrace, el famoso portal donde exhiben públicamente (por la calle) a chicas desnudas que terminan ofreciéndoles una sesión de sexo público en algún local de mala muerte. Una escena vibrante en la que vuelve a matizar que disfruta de pollazos en la cara, sexo intenso y azotes en sus nalgas, todo ello estando atada como marca el canon del bondage.
in Orgías, Sexo Extremo
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